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Oscar Wilde, el célebre poeta y dramaturgo inglés, no solo nos dejó obras literarias inmortales, sino también una valiosa lección de vida. Su experiencia en la cárcel, narrada en sus cartas y reflexiones, me invita a auto evaluar las decisiones que tomo y su impacto en mi futuro.
John C. Maxwell, en su libro «Hoy es importante«, rescata un fragmento de la desgarradora historia de Wilde. Lo que más me llamó la atención no fue la desdicha del poeta, sino su lúcido análisis de las causas que la provocaron. En sus palabras encuentro el detalle que más destaco:
“Me olvidé que cada pequeña acción del día normal, hace o deshace el carácter… [al punto que] dejé de ser el señor de mi vida.”
Sin duda, que en algún momento también he recorrido una parte de ese íntimo auto examen. Es lo que Maxwell denomina: navegar por la vida con pasividad, ignorando que el éxito es el resultado de decisiones conscientes (o inconscientes).
La historia de Wilde me recuerda que cada paso que doy, cada acción que emprendo, me acerca o me aleja de mis sueños. Siguiendo la lectura de Maxwell, encuentro además una relación de principios y prácticas para estar alerta.
Las preguntas, en toda su obra, son el mejor aliado para esas pausas obligatorias que uno debe hacerse en la vida, algunas de las cuales (estimado lector) también lo pueden inquietar:
- ¿Cómo describiría su vida?
- ¿Está logrando lo que desea?
- ¿Lleva a cabo las cosas que son importantes para usted?
Lo que marca la diferencia está en mis acciones cotidianas, enseña Maxwell. El resultado de mi vida, sea cual sea, se define en el presente, en el «hoy». Y con esta reiterada insistencia, queda claro que es aquí y ahora donde tengo el poder para cambiar todo aquello que no quiero para mi vida.
En su obra Maxwell deja claro que hay que ir al pasado (pero) únicamente para aprender. El resto, se define desde el ahora. Como bien conseja Richard Branson: No se critique así mismo anticipadamente, pues todo eso lo puede llevar a un exceso de equipaje (Sir. Branson, 2014)
Gabriel García Márquez también aconseja, a propósito de la desdicha del poeta inglés, que la fama sin control es peligrosa. El Nobel confesó alguna vez, que esta condición estuvo a punto de desbaratarle la vida, “porque perturba tanto el sentido de la realidad como el poder que uno tiene.” (La Vanguardia, 2006)
Estoy seguro que si usted lee «Hoy es importante», podrá descubrir (como yo) principios fundamentales para transformar su vida. Leer en sí mismo, es una decisión que, como las agujas de un reloj, marca en muchos aspectos, el rumbo del próximo destino.
Oscar Wilde alcanzó a dejar por escrito semejante advertencia, y gracias a John C. Maxwell, continua vigente su testimonio. En la filosofía de estas palabras, está presente la necesidad de aprovechar al máximo cada minuto del presente, porque como se ha reiterado: Las prioridades (sólo) importan hoy.
Al final, debo decir que leí una obra con abundantes detalles sobre importantes autores, en los que encontré testimonios desafiantes e inspiradores. En efecto, esta nota es prueba de ello, pues ha sido un viaje inolvidable. Sin duda, una pausa interesante de preguntas y más preguntas, de las que uno sale (sí o sí) en modo alerta.
Gratitud infinita a la vida por este momento y también a usted por leer hasta aquí una parte de mis apuntes y pensamientos.
P.D.: He aceptado un nuevo desafío de lectura. En honor a la verdad, debo confesar que cada día me resulta una experiencia más interesante. Estoy aprendiendo a no desanimarme, como me sucedió al principio. Ahora, cada página, como la vida misma, me ofrece un sentido de misterio y aventura. ¿Por qué? Porque cada lectura me permite descubrir algo nuevo, un conocimiento que antes no tenía.